| Chile inició de manera exitosa el histórico rescate de 33 mineros que permanecieron atrapados por 69 días dentro de una mina en el norte del país, cuando Florencio Ávalos fue el primero en emerger de las entrañas de la tierra.
Hubo momentos de tensión mientras socorristas y funcionarios esperaban ver salir la cápsula con ese primer minero, que emergió poco después de la medianoche del martes tras un viaje de unos 15 minutos para los 622 metros de largo que tiene el ducto.
El emotivo y eterno abrazo de Florencio con Byron, su hijo de siete años, fue seguido por los familiares de los otros mineros, agrupados en torno al fuego en las afueras de la mina San José, quienes no pudieron contener el llanto.
"Este es un rescate que no tiene parangón en la historia de la humanidad. Nunca antes se había intentado un rescate así", dijo el Presidente chileno Sebastián Piñera, quien recibió al minero Ávalos en la boca del ducto de 622 metros y 66 centímetros de diámetro por el que ascendió, a bordo de una cápsula tirada por poleas.
El rescate se inició durante los últimos minutos del martes en medio de una tensión y una emoción que fueron creciendo con los minutos.
Ávalos fue seguido en el viaje por el minero Mario Sepúlveda, y tras él ascendieron Juan Illanes. En cuarto lugar fue Carlos Mamani, boliviano, el único extranjero atrapado.
En la tarde del martes, el ministro Golborne anunció las últimas pruebas con la cápsula, para verificar que esta llegara sin problemas al fondo de la mina. Durante su primera pasada, la puerta de la cápsula Fénix se golpeó, y tuvo que ser reparada. Luego volvió a enviarse de ida y vuelta, y ya no hubo problemas.
Finalmente, el rescate se inició hacia las 23.20 con el descenso por el ducto del socorrista Manuel González, quien en 16 minutos llegó hasta el fondo de la mina, y fue recibido por los mineros con abrazos y aplausos.
Luego, Avalos se puso una ropa especial, ingresó a la cápsula y fue asegurado por González. Al cabo de unos pocos minutos de instrucciones, tras despedirse de sus compañeros, y una vez que uno de los coordinadores de los rescatistas, René Aguilar, dio la orden, inició su ascenso.
Florencio emergió en la boca del ducto, en donde lo esperaban las autoridades, encabezadas por el presidente Piñera, pero principalmente su hijo Byron, con quien se confundió en un eterno y emotivo abrazo.
"El primer minero ya está con nosotros; lo vimos abrazar a su esposa Mónica y a su hijo Byron con una ternura que nos conmovió", dijo el gobernante, quien también lo estrechó en un abrazo. Al termino de la operación, Florencio fue llevado a un hospital de campaña instalado en el campamento, para una revisión.
Poco después de la 01.00 subió el segundo minero, Mario Sepúlveda, que llegó gritando "Viva Chile mierda", desde dentro del tubo, y con piedras en una bolsa que empezó a regalar a las autoridades.
En tanto, el campamento Esperanza, emplazado en las afueras de la Mina San José, 800 km al norte de Santiago, en pleno desierto de Atacama, estalló de alegría tras el rescate.
Ni bien ascendió la cápsula con Avalas, globos se lanzaron al aire, confetis cayeron sobre las cabezas de familiares de mineros y periodistas, que aguardan aún el rescate de los 32 que aún quedan en las profundidades. Hasta vuvuzelas empezaron a retumbar en los alrededores de la mina en fiesta.
Todos, familiares de mineros y periodistas se confundían en un sólo público, frente a pantallas gigantes instaladas en la zona, compartiendo la emoción.
Mientras tanto en Copiapó, a 45 km de allí y adonde deben llegar los mineros para un examen médico, centenares de personas celebraban el comienzo del rescate.
Los mineros estaban atrapados desde el 5 de agosto cuando los sorprendió un derrumbe a más de 600 metros de profundidad.
Luego, con intervalos de alrededor de una hora y tras viajes de entre 15 y 20 minutos en el estrecho mecanismo ascensor a lo largo del conducto de 622 metros, salieron sucesivamente a la superficie Mario Juan Illanes (51), Carlos Mamani (23), Jimmy Sánchez (18) y Osmán Araya (29).
