Viernes 24 de Diciembre de 2021, 19:44

“Dios no cabalga en la grandeza, sino que desciende en la pequeñez”

Sociedad | En la Misa de Nochebuena, el Santo Padre habló de la pequeñez como el camino elegido por Dios para llegar a nosotros.


El Papa Francisco presidió este viernes la misa de Gallo, primera de las celebraciones litúrgicas previstas en la basílica de San Pedro del Vaticano, con unos 1.500 lugares para los fieles que se ubicaron en las bancas con distancia.

La basílica de San Pedro del Vaticano tiene capacidad para 20.000 personas, pero se redujo el aforo para prevenir el la propagación de la nueva variante Ómicron de coronavirus que azota a toda Europa.

El Santo Padre habló de la pequeñez como el camino elegido por Dios para llegar a nosotros. Y así nosotros debemos acoger y abrazar a Jesús en los pequeños, pobres y últimos.

Un llamado también a una dignidad del trabajo que no haga esclavos ni provoque muertes, un llamado a una Iglesia unida, en camino y sinodal.

“Dios no cabalga en la grandeza, sino que desciende en la pequeñez”. Esta frase del Papa Francisco en su homilía de la Misa de Nochebuena, celebrada en la Basílica de San Pedro, está en el corazón de su mensaje para esta Navidad: pedir a Jesús la gracia de la pequeñez y honrarlo con la acogida y el abrazo a los más pobres y últimos.

El Santo Padre, partiendo del anuncio del nacimiento del Mesías, reflexionó: “un niño en la dura pobreza de un pesebre”, y puso de relieve el contraste entre la grandeza del emperador César Augusto y el Salvador que nace “donde no hay nada grande”, en pañales y rodeado de pastores: “allí está Dios, en la pequeñez”, dijo el Papa.

“La pequeñez es el camino que eligió para llegar a nosotros, para tocarnos el corazón, para salvarnos y reconducirnos hacia lo que es realmente importante”.

El desafío, subrayó el Papa, es saber acoger a ese Dios que viene al mundo pequeño y cuya grandeza se ofrece en la pequeñez.

“Dios se revela, pero los hombres no lo entienden”, afirmó el Pontífice, porque “seguimos buscando la grandeza según el mundo” y mientras “Dios se baja, nosotros queremos subir al pedestal”, mientras pide “humildad, nosotros pretendemos brillar”.

Mientras “nosotros pasamos los años persiguiendo el éxito, Dios no busca fuerza y poder, pide ternura y pequeñez interior”, aseguró el Papa, porque “Jesús nació para servir".