Martes 30 de Julio de 2019, 09:44

52 muertos, 16 decapitados, en un motín carcelario en Brasil

Policiales | Fue en la cárcel de Altamira, en el estado de Pará. Según las primeras informaciones, 16 de las víctimas fueron decapitadas.

52 presos murieron este lunes en un motín carcelario en la localidad de Altamira, en el estado brasileño de Pará (Norte de Brasil), informaron las autoridades locales. Según las primeras informaciones, 16 de las víctimas fueron decapitadas. "Fue un enfrentamiento entre bandas rivales. Dos guardiacárceles fueron tomados como rehenes, pero ya fueron liberados", dijo a la AFP un portavoz de la Superintendencia de Prisiones de Pará. La revuelta comenzó alrededor de las 7:00 de la mañana cuando presos de la facción local Comando Clase A (CCA) atacaron a los reclusos pertenecientes al Comando Vermelho (CV), originaria de Río de Janeiro y una de las más poderosas del país. Los reclusos iniciaron entonces un duro enfrentamiento con “armas artesanales”, se encerraron en el salón y le prendieron fuego al local. Las llamas se propagaron por todo el pabellón y causaron la muerte por asfixia de diversos otros presidiarios. Equipos de la Policía Militarizada, de la Policía Civil y del juzgado de Pará se dirigieron al complejo penitenciario y lograron contener a los presos, así como negociar la liberación de los rehenes. La Susipe apuntó que todavía no ha identificado los nombres de los muertos ni tampoco de las organizaciones criminales involucradas, aunque precisó que se trataría de una facción que actúa “a nivel nacional” y de otra con actuación “regional”. “Estamos realizando una inspección y haciendo el recuento de los presos, por lo que el número de muertos y heridos aún puede crecer”, señaló la portavoz de la institución a Efe por teléfono. Una vez controlada la rebelión, los reclusos involucrados en el ataque fueron trasladados a celdas individuales y se encuentran aislados de los demás. De acuerdo a la Superintendencia, no había “informaciones o señales” por parte de los servicios de Inteligencia que indicasen “un posible conflicto” en el presidio. En tanto, cabe destacar que los presos que no fueron decapitados perdieron la vida por asfixia; los responsables de la cárcel aún no pudieron recuperar todos los cadáveres. Una ola de enfrentamientos sacudió el país a inicios de 2017, atribuidos a rivalidades entre bandas por el control de las rutas del tráfico de cocaína. Brasil, con 727.000 detenidos, tiene la tercera mayor población carcelaria del mundo, por apenas 368.000 plazas.