Domingo 6 de Mayo de 2018, 14:44

"La vida debe ser siempre protegida y amada"

Sociedad | “La vida siempre debe ser protegida y amada desde la concepción hasta su ocaso natural”, explicó el Papa Francisco este domingo, desde la ventana del Palacio Apostólico en la Plaza de San Pedro.


Francisco destacó que “en este tiempo pascual la Palabra de Dios continúa mostrándonos estilos de vida coherentes para pertenecer a la comunidad del Resucitado. Entre ellos, el Evangelio de hoy presenta la consigna de Jesús: ‘Permanezcan en mi amor’”. “Habitar en la corriente del amor de Dios para mantenerse estables es la condición para asegurarse de que nuestro amor no pierda su ardor y su audacia en la calle. También nosotros, como Jesús, debemos recibir con gratitud el amor que viene del Padre y permanecer en ese amor, tratando de no separarnos con el egoísmo y con el pecado. Es un programa difícil pero no imposible”. El Papa señaló que “es importante tomar conciencia de que el amor de Cristo no es un sentimiento superficial, sino una actitud fundamental del corazón que se manifiesta en el vivir como Él quiere”. “Jesús, de hecho, afirma: ‘Si observan mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo he observado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor’. El amor se realiza en la vida de cada día, en nuestro comportamiento, en nuestras acciones; de lo contrario, tan solo es algo ilusorio. Jesús nos pide observar sus mandamientos que se resumen en este: ‘ámense los unos a los otros como yo los he amado’”. “¿Cómo hacer para que este amor que el Señor Resucitado nos entrega pueda compartirse con los demás?”, se preguntó el pontífice. “Muchas veces Jesús ha indicado quién es el otro al que amar no con las palabras, sino mediante los actos. Es aquel que encuentro en mi camino y que, con su rostro y su historia, me interpela. Es aquel que, con su misma presencia, me empuja a salir de mis intereses, de mis seguridades. Es aquel que espera mi disponibilidad para escuchar y hacer junto a mí un trozo de mi camino”. En este sentido, pidió mostrar una “disponibilidad hacia el hermano y la hermana, sea quien sea, y en cualquier situación que encontremos, comenzado por aquel que se encuentra junto a mí, en mi familia, en mi comunidad, en el trabajo, en la escuela… De este modo, si permanezco unido a Jesús, su amor podrá alcanzar al otro y acercarlo a Él, a su amistad”. El Papa también explicó que “este amor por los demás no puede reservarse para momentos excepcionales”, sino que debe convertirse “en la constante de nuestra existencia”. Y es por eso que estamos llamados – dijo el Santo Padre – a mantener a los ancianos “como un tesoro precioso y con amor”, incluso “si crean problemas económicos e inconvenientes”. Y es por eso, que a los enfermos, “incluso en la última etapa, les debemos brindar toda la asistencia posible”. “Esta es la razón por la que los niños por nacer son siempre bienvenidos”, porque “la vida siempre debe ser protegida y amada desde la concepción hasta su ocaso natural”. Por último, afirmó que somos amados por Dios en Jesucristo, quien nos pide de amarnos como Él nos ama, “pero esto no lo podremos hacer si no tenemos su mismo corazón” y es por ello que estamos llamados a asistir a la Eucaristía cada domingo – explicó el Papa – que tiene como finalidad “formar en nosotros el corazón de Cristo”. Fuente: AICA.