Sábado 1 de Abril de 2017, 16:11

La Corte se rectifica y renuncia a atribuirse poderes del Parlamento

Política | El TSJ de Venezuela dio marcha atrás en sus polémicas sentencias y renunció a atribuirse los poderes del Parlamento y eliminar la inmunidad de Diputados, lo que había generado condena internacional.

Esta rectificación, publicada en la página web de la Corte, se produce horas después de que el Consejo de Defensa de la Nación, comandado por Nicolás Maduro, exhortara al Supremo de Justicia (TSJ) a revisar sus fallos para "mantener la estabilidad institucional y el equilibrio de poderes, mediante los recursos contemplados en el ordenamiento jurídico venezolano". Tras el anuncio del Consejo de que "revisaría" los dictámenes, el TSJ canceló ambas decisiones. "Se aclara de oficio la sentencia N°156 de fecha 29 de marzo de 2017, en lo que respecta" a que el TSJ asume dichas competencias "mientras persista la situación de desacato y de invalidez de las actuaciones de la Asamblea Nacional". "En lo que respecta a la inmunidad parlamentaria", que el Supremo quitó a los legisladores por considerar que la Asamblea está en "desacato", se "suprime dicho contenido" de la sentencia Nº 155. Las dos nuevas sentencias exprés del TSJ suprimen los superpoderes que habían entregado a Nicolás Maduro y que éste había aplaudido. De esta forma, el "hijo de Chávez" ya no podrá tomar medidas "civiles, económicas, militares, penales, administrativas, políticas, jurídicas y sociales", al menos de momento. El Supremo se basaba en la inminencia de una intervención extranjera, que vendría provocada por la aplicación de la Carta Democrática de la OEA. En solo dos días, según la oposición, Maduro pasó de presidente a rey el martes y a monarca absoluto el jueves. A los diputados se les devuelve su inmunidad parlamentaria, algo también relativo. El Presidente Nicolás Maduro convocó a los poderes tras la rebelión de la fiscal general, Luisa Ortega, quien denunció la "ruptura del hilo constitucional" en una sorprendente declaración, que aireaba las primeras grietas en la revolución tras lo que se ha definido como el "Madurazo" o el "Fujimorazo del siglo XXI". El Presidente de la Asamblea, Julio Borges, se negó a ir a la cita por considerar que los abusos de Maduro lo descalifican como mediador. "¡Victoria constitucional!", clamó el presidente tras resolver lo que él mismo definió como un "impasse" o controversia entre poderes revolucionarios, pese a que su cancillería apoyó las decisiones judiciales horas antes de que la fiscal denunciara la ruptura del orden constitucional. "En Venezuela hay plena vigencia de la democracia y de los derechos humanos", insistió el primer mandatario, tras la ola de repudio que ha recurrido el mundo y que ha provocado que países latinoamericanos como Perú, Colombia y Chile hayan retirado a sus embajadores. Previamente, Maduro, que había denunciado el linchamiento mediático y diplomático contra Venezuela, rechazó lo que definió como intervencionismos groseros. Al final, los representantes del Estado instaron a la oposición a incorporarse al diálogo "promovido" por Maduro y bajo el auspicio de la Unión de Naciones Suramericanas, el Vaticano, y los expresidentes del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, de Panamá, Martín Torrijos, y de República Dominicana, Leonel Fernández. La Mesa del Diálogo está suspendida desde diciembre, tras los incumplimientos realizados por el gobierno.