Lunes 25 de Diciembre de 2017, 15:33

El Papa Francisco pidió por el diálogo y la paz

Sociedad | Como todos los 25 de diciembre, el Papa celebró la tradicional misa en la plaza San Pedro. Miles de personas se concentraron para escucharlo.


El Papa Francisco advirtió este 25 de diciembre sobre la situación de los niños obligados "a trabajar desde una edad temprana" y "a abandonar sus países", pidió por la paz en Tierra Santa y Venezuela, además de lamentar los "vientos de guerra" en todo el mundo. El pontífice lo hizo al impartir la bendición “Urbi et Orbi” (“a la ciudad y al mundo”) desde el balcón central de la basílica de San Pedro y al dirigir el mensaje de Navidad a miles de personas congregadas en la Plaza San Pedro. "Mientras el mundo se ve azotado por vientos de guerra y un modelo de desarrollo ya caduco sigue provocando degradación humana, social y ambiental, la Navidad nos invita a recordar la señal del Niño y a que lo reconozcamos en los rostros de los niños, especialmente de aquellos para los que, como Jesús, 'no hay sitio en la posada'", subrayó. En este sentido, se refirió puntualmente a “los niños de Oriente Medio” en los que se puede ver a Jesús y que “siguen sufriendo por el aumento de las tensiones entre israelíes y palestinos”. Francisco invitó a invocar al Señor para pedir "la paz para Jerusalén y para toda la Tierra Santa; recemos para que entre las partes implicadas prevalezca la voluntad de reanudar el diálogo y se pueda finalmente alcanzar una solución negociada, que permita la coexistencia pacífica de dos Estados dentro de unas fronteras acordadas entre ellos y reconocidas a nivel internacional”. "Que el Señor sostenga también el esfuerzo de todos aquellos miembros de la comunidad internacional que, movidos de buena voluntad, desean ayudar a esa tierra martirizada a encontrar, a pesar de los graves obstáculos, la armonía, la justicia y la seguridad que anhelan desde hace tanto tiempo", agregó. El Papa tuvo un recuerdo especial por los niños sirios, “marcados aún por la guerra que ha ensangrentado ese país en estos años”, al rogar: “Que la amada Siria pueda finalmente volver a encontrar el respeto por la dignidad de cada persona, mediante el compromiso unánime de reconstruir el tejido social con independencia de la etnia o religión a la que se pertenezca”. Asimismo, hizo un llamamiento por los niños de Irak, Yemen, Myanmar, Bangladesh, Sudán del Sur, Somalia, Burundi, República Democrática del Congo, República Centroafricana y Nigeria. Tras pedir oraciones para que “en la península coreana se superen los antagonismos y aumente la confianza mutua por el bien de todo el mundo”, rezó al Niño Jesús por Venezuela, para que en ese país latinoamericano “se pueda retomar un diálogo sereno entre los diversos componentes sociales por el bien de todo el querido pueblo venezolano”. El Santo Padre también tuvo un pensamiento especial hacia las personas desempleadas y que “con gran esfuerzo intentan ofrecer a sus hijos un futuro seguro y pacífico”, oró por los niños “cuya infancia fue robada, obligados a trabajar desde una edad temprana o alistados como soldados mercenarios sin escrúpulos” y denunció a los traficantes de personas que apresan a los niños, y por todos los pequeños que son obligados a “abandonar sus países”. “Veo a Jesús en los niños que he encontrado durante mi último viaje a Myanmar y Bangladesh, y espero que la comunidad internacional no deje de trabajar para que se tutele adecuadamente la dignidad de las minorías que habitan en la región”, concluyó.