Jueves 3 de Agosto de 2017, 18:30

El amor es más fuerte!

Sociedad | Matrimonio de basavilbasenses impulsan un centro de equinoterapia en Ramírez, que ayuda a niños de toda la provincia.


Matías Schimpf (36) oriundo de Basavilbaso y María Fernanda Weigandt (39), también oriunda de la ciudad del riel, comenzaron un noviazgo en el verano de 2008, "sólo nos conocíamos de vista, y el 14 de febrero del 2008 fue el flechazo de amor definitivo", cuenta el Cabo 1º de la Policía de Entre Ríos, quien reconoció que desde ese momento no podía vivir sin "Fer", "convivimos en General Ramírez unos seis meses hasta que la "obligué" a que diera el día sí (el 15 de octubre de 2009) para toda la vida". Poco meses después el Policía y la bancaria recibían una gran noticia, serían padres. Pero lamentablemente ese capítulo de la historia no se cerró con felicidad. Peor aún los médicos no recomendaban que "Fer" se embarazara nuevamente. La situación -recuerda "Mati"- no fue sencilla, pero la superaron con gran amor y con la decisión inclaudicable de "formar una familia, para lo cual iniciaron los trámites para inscribirse en el Registro Único de Adoptantes de Entre Ríos. Por esos días él tenía 30 y ella 33, ambos ocupaban gran parte del día en sus actividades, trabajo y fue precisamente una tarea que como funcionario policial debía hacer Schimpf que lo llevó a tocar la puerta de una casa de Elsa, "un ángel, mi mano derecha", la identifica y quien por esos día (primeros días de octubre de 2012) era quien "con mucho amor cuidaba de "Stefy". Seguidamente, y sin ocultar que la situación aún lo conmueve, relata que ingresó a la habitación para constatar la supervivencia de una niña un año y dos meses y se encuentra con "una pequeñita, muy flaquita en una cuna de hierro. Estaba inmóvil; Elsa me contó que solo abría los ojos y así quedaba todo el tiempo...que nunca había emitido sonido... que estaba esperando para ser adoptada, pero que nadie lo hacía por sus severos problemas de salud". "Mati" dice que el momento que vivió fue muy movilizador, y que algo que no sabe cómo explicar que le vino le hizo sentir la necesidad de tomarla en brazos y besar su frente. "Abrió grande los ojos", recuerda y repite el tierno mensaje para la "princesa" que había elegido por hija. Sin dudas que fue en ese instante que sellaron un vínculo de amor, el que el Policía no pudo disimular y "tradujo" en lágrimas. "Ella me miraba, y cuando la quise poner nuevamente en su cuna la nena se prendió del cuello de mi camisa, se aferró fuerte y aunque resulte increíble me dijo varias veces "papá"...ni yo ni Elsa ni mi compañero (la Sargento Mónica Brassesco) podíamos creer lo que estaba pasando...nadie le había enseñado ninguna palabra, mucho menos papá", contó. La situación fue a media mañana de un martes, de los primeros días de octubre, una jornada con clima primaveral que no olvidará, como tampoco pudo dejar pasar para cuando "Fer" regresara del trabajo. "Dejé el patrullero, me fui corriendo hasta la Sucursal Ramírez del Banco de la Nación, es que no podía esperar decirle a mi esposa que había encontrado una niña que estaba en situación de adopción, y que era muy especial". Esa misma mañana, autorizados por sus superiores, fueron al Juzgado de Paz, a "visitar" a la Asistente Social y se interiorizaron sobre la "historia" de "Stefy". La pequeña de apenas un poco más de un año había nació con una hipotonía muscular, una fisura del corazón (CIA), un elevado grado de desnutrición y un retraso madurativo. Elsa, una mujer que la vio por casualidad en el hospital "Nuestra Señora de Luján" mientras cuidaba a un pariente que estaba internado, se hizo cargo y la "cuidó en la medida de sus posibilidades, y con amor, mucho amor. La nena solo se alimentaba por sonda nasogástrica", detalla Matías. Matías y María Fernanda dieron una breve pero intensa "batalla" para que la niña les fuera otorgada, consiguieron el 23 de diciembre de 2012 una guarda provisoria y ese mismo día comienza "una carrera para conseguir que tenga la mejor calidad de vida posible", y fue así que un día, al año y medio que una persona les sugirió probar con una terapia con caballos. La familia vive en General Ramírez, un municipio del distrito Isletas del Departamento Diamante, distante unos 65 kilómetros de la capital provincial, y sobre equinoterapia "no se conocía nada, nada, en absoluto por lo que nos trasladamos a Córdoba para tomar contacto con una fundación, en la que nos preparamos como instructores", dijo Matías. Pero el amor de los papis de "Stefy" va más allá de lo que quieren ofrecerle a su hija, y generosos le transmitieron a la comunidad de la localidad que los "adoptó" que podían formar un centro de rehabilitación y equinoterapia; casi inmediatamente conseguimos un predio, y aunque parezca mentira es una donación que hizo, para "Stefy", Elsa, ese ángel que tanto y tan bien la bien la cuidó. Y con recursos propios adquieren una hectárea más que definiría el comienzo de "Pequeños Gigantes", una Asociación Civil, Centro de Neurorehabilitación y Equinoterápia. "Contamos con 5 caballos. "Juancho" fue donado por la familia Martínez; "Chilindrina" por la familia Herbes; "Rosita" por el Veterinario Lucas Rode; "Romeo", que compramos con ahorros de la familia, y "Luna", una petisa que donó la familia Todone...ellos son los que realizan la parte más hermosa de toda esta historia, que nos hace feliz a los padres y a los niños, jóvenes y adultos que asisten a "Pequeños Gigantes", cumpliendo las distintas terapias. La niña "Stefy" gracias al amor y entrega de sus padres vive sus días felices. Aprendiendo, pasito a pasito, creciendo en un hogar lleno de amor, un amor que le dio una oportunidad y que ahora confían poder compartir con los demás. "Ella aprendió a sonreír, y para nosotros es como tocar el cielo con las manos", afirma "Mati". El proyecto del centro de rehabilitación y equinoterapia es ambicioso, necesitan una cifra millonaria, pero no se desaniman y juntan moneda a moneda, por lo que entienden que es indispensable que la comunidad sepa lo que se está haciendo, para que en la medida de sus posibilidades ayude. "Actualmente tenemos un bono contribución el que está a la venta lógicamente en Ramírez, Paraná, Nogoya y Basavilbaso...confiamos en que la suma de voluntades nos ayudará a que esta empresa sea menor utópica, de todos modos estamos muy convencidos de que tenemos que salir adelante...cada paso que hemos logrado lo "capitalizamos" en muestras de afecto y sonrisa de quienes vienen a nuestra fundación. Quienes deseen tener más información pueden contactarse con nosotros 0343-155063605".