Viernes 24 de Octubre de 2014, 10:41

El Ipcva partició en la Sial de Paris

| La Sial cerró con resultados positivos y buenas perspectivas de negocios. “El mundo, representado en esta feria, reconoce y valora la calidad de nuestra carne”, aseguró Gonzalo Álvarez Maldonado, presidente del Ipcva.


La delegación del Ipcva fue encabezada por Gonzalo Álvarez Maldonado y Mario Ravettino (residente y vicepresidente). Las empresas que acompañaron al Instituto fueron las siguientes: Compañía Bernal SA, Offal Exp SA, Argall SRL, Friar SA, Estancias de Patagonia SA, Frigorífico Ecocarnes SA, Urien Loza SA, Bustos y Beltran SA y Forres - Beltran SA, Marfrig Argentina SA, Mattievich SA, Amancay Saicafi, Arrebeef SA, JBS Argentina SA, Frimsa SA, Industrias Frigoríficas Recreo Saic, Food´s Land SA, Frigorífico Gorina SAIC, Industrias Frigoríficas Sur SA, SA Importadora y Exportadora de la Patagonia, Frigorifico Rioplatense, Catter Meat SA y Quickfood S.A. La edición 50 de la Sial de París, la feria de alimentación más grande del mundo, se desarrolló entre el 19 y el 23 de octubre en el Parc des Expositions de la capital de Francia. El Ipcva diseñó el imponente Pabellón Argentine Beef, de 700 metros cuadrados, en el que 22 empresas exportadoras ofrecieron sus productos en boxes de atención individuales e invitaron a sus clientes a degustar bife ancho y bife angosto en el exclusivo restaurante construido a tales fines. La cocina vidriada del stand, con cuatro parrillas funcionando entre las 11 y las 17, fue uno de los centros de atracción, con un verdadero enjambre de visitantes que se agolpaban en los mostradores para probar la carne argentina. Además, los empresarios contaron con equipos de mate especialmente provistos por el Instituto Nacional de la Yerba Mate (Inym). Los números de esta “vidriera mundial de la alimentación” fueron contundentes: 200.000 visitantes de los cinco continentes (todos decisores de compra) y 6.300 expositores (15 por ciento franceses y 85 por ciento del resto del mundo, con representación de 105 países). El stand del Argentine Beef, uno de los más importantes del gigantesco pabellón de carnes no solamente fue un punto de encuentro para los argentinos (funcionarios del gobierno nacional, diplomáticos, empresarios) sino también para los principales actores mundiales del negocio de la carne. Fue así como se llevó a cabo un trascendental encuentro entre autoridades de los institutos de Australia, Nueva Zelanda y la Argentina en el que se discutieron aspectos referidos al negocio global y también otros de relevancia sanitaria, como los controles sanitarios de la UE para la detección de Escherichia coli . Para esta 50 edición de la muestra, el Ipcva desarrolló el Pabellón Argentine Beef, de 700 metros cuadrados, en el que 22 empresas exportadoras ofrecieron sus productos en boxes de atención individuales e invitaron a sus clientes a degustar bife ancho y bife angosto en el exclusivo restaurante diseñado a tales fines. De hecho, la cocina vidriada del stand, con cuatro parrillas funcionando entre las 11 y las 17, se convirtió rápidamente en uno de los centros de atracción de la muestra, con un verdadero enjambre de visitantes que se agolpaban en los mostradores para degustar los bifes, siguiendo por los pasillos el aroma de la carne vacuna argentina que por unos días eclipsó a los famosos perfumistas parisinos. “El mundo, representado en esta feria, reconoce y valora la calidad de nuestra carne”, aseguró Gonzalo Álvarez Maldonado, presidente del Ipcva. “Por eso mismo es tan importante estar presente estar aquí, donde concurren todos los países productores de carne y, por supuesto, todos los importadores. Para nuestra cadena, más allá de que sea un momento de bajas exportaciones es trascendental seguir teniendo una buena presencia en los mercados”. Cuando se apagó la última parrilla del Ipcva ya había comenzado el desbande en esta suerte de Babel de la alimentación en la que se convirtió el Parc des Expositions de París en los últimos cinco días. La cara de los extenuados empresarios argentinos era de satisfacción y optimismo en medio del hormiguero de compradores de todas las razas, colores, lenguas y credos. “Fue una Sial buena”, comentó uno de ellos, camino de la salida. “Se hicieron negocios, pudimos estar con nuestros clientes cara a cara y ya tuvimos algunas consultas por la Cuota 481”. El valor ofrecido para la tonelada de Cuota Hilton rondó los 16.300 dólares y la tonelada de kosher los 6.300. También hubo mucho interés por las menudencias, con valores que oscilaron, por ejemplo, para el hígado entre los 1.800 y 2.000 dólares (Rusia) y 1.200 (para el resto del mundo). Asimismo, se comenzaron a registrar consultas de importadores europeos por la Cuota 481 para carne terminada a feedlot -cuota con “arancel 0” a la cual accedió nuestro país recientemente gracias a las gestiones realizadas por el Estado y el Ipcva- pero recién se prevén negocios para el año próximo, dados los tiempos de producción necesarios. En cuanto al mercado chino, para carne congelada, se vendió la rueda a 5.100 dólares fob la tonelada, el chuck and blade (aguja, paleta, cogote y chingolo) a 4.700 dólares fob la tonelada y el shin/shank (garrón y brazuelo) a 4.900 dólares fob la tonelada. El mercado de la Federación Rusa, en tanto, fue el único punto flojo de la feria, no solamente para los argentinos, dado el cierre impuesto por algunos países dadas las cuestiones geopolíticas -lo que provocó que Europa se encontrara más abastecida que en otras ocasiones-, la cercanía del congelamiento de los puertos y la devaluación de la moneda en ese país registrada en los últimos días.