Domingo 27 de Julio de 2014, 16:43

Productores de la FAA propondrán un gran paro nacional

| Ante la dramática situación que atraviesan pequeños y medianos productores, la asamblea de entidades de base del tercer distrito de Federación Agraria Argentina (FAA), que se reunió este sábado en Mansilla, decidió proponer a las demás entidades que integran la Mesa de Enlace Provincial, la realización de un gran encuentro en Viale, y a nivel nacional, un paro nacional.

Este sábado, en una asamblea que se realizó en Mansilla, productores enrolados en 50 entidades de base, integrantes del tercer Distrito de Federación Agraria Argentina (FAA), analizaron la situación del sector, fuertemente comprometida por la excesiva presión fiscal, la falta de rentabilidad, los precios internacionales de los granos y el grave escenario de crisis que afecta a pequeños y medianos productores. Elvio Guía afirmó que “el diagnóstico es uno de los peores de los últimos años: baja rentabilidad, inflación muy alta, precios internacionales que no ayudan, insumos a valor dólar blue, falta de créditos y excesiva presión tributaria -nacional y provincial- que asfixia a pequeños y medianos productores”. Ante ese escenario, los productores federados transitan esta etapa “muy complicada y muy grave”, con el enojo que carcome las entrañas. Por eso, tras largas horas de discusión, la asamblea de Mansilla decidió “proponer a las demás entidades que integran la Mesa de Enlace Provincial, las Federaciones Entrerriana de Cooperativas (Fedeco); de Asociación de Entidades Rurales (Farer) y Distrito Entre Ríos de Sociedad Rural, efectuar un gran encuentro de productores, probablemente en Viale, para los primeros días de agosto”. El análisis de situación que surgió del encuentro se llevará además a la asamblea nacional de FAA, el 30 y 31 de julio, donde se propondrá también “realizar un gran paro nacional, si las demás entidades nos apoyan. No es necesario aclarar que llevamos esta propuesta porque es más que problemática la situación, y el exterminio de productores, cada vez mayor”. Muchos de los pequeños y medianos productores de hoy viven una situación harto complicada, similar en muchos aspectos a la de los colonos que protagonizaron el Grito de Alcorta, muchos de ellos inmigrantes que arrendaban la tierra para trabajarla y que se levantaron contra las condiciones usureras que establecían los dueños del campo a través de los contratos. Hoy son los fideicomisos financieros, avalados por el gobierno, los que sostienen el esquema de concentración. El problema de la tierra, presente en el manifiesto inicial de la FAA aún tiene vigencia. Igual que ayer, en la actualidad se observa la concentración de la tierra, y un núcleo importante de productores que trabajan no sobre la suya propia, sino sobre propiedades de otras personas, con condiciones de arrendamientos que volvieron a ser variables, por cosechas, que normalmente siempre cambian, por lo que los agropecuarios no pueden planificar, no pueden tener una actividad estable y si llegan a perder la producción, lo que tiene son quebrantos. A esa dura realidad hay que sumar el ingreso de otros actores a la actividad, que lo hacen en función del beneficio, de una renta determinada, y si les va mal, se van. Son los los grandes grupos económicos, los fideicomisos financieros, sociedades anónimas y personas jurídicas. Lo grave es que, en cambio, si al productor le va mal, pierde su trabajo, su capital y muchas veces termina expulsado en algún lugar que no es su hábitat común. La introducción del capital financiero a la actividad agropecuaria desplazó al auténtico productor, y generó más concentración de la tierra y competencia, sobre una base a la que el trabajador del campo le cuesta llegar. Esto es el desarraigo. En esa carrera, el valor de los arrendamientos se establece en condiciones desiguales, porque el pequeño productor normalmente paga más caros los insumos o la tasa de interés, que los fideicomisos que compran a un mayor volumen, a escala, y por lo tanto reúnen mejores condiciones para negociar. Fuente: AIM.